En las últimas semanas, Israel ha cambiado su estrategia en la lucha contra Hamás en la Franja de Gaza, utilizando robots, perros y drones para obtener información más precisa sobre lo que ocurre en los túneles y causar el mayor daño posible a los terroristas, minimizando el riesgo para sus tropas1. Esta nueva táctica ha permitido a las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) avanzar en el territorio palestino, controlando actualmente el 40% del área1.
Los drones se utilizan para medir la extensión de los túneles y, gracias a las cámaras incorporadas, identificar cruces, giros y situaciones de potencial peligro1. Además, estos drones pueden llevar explosivos y detonarlos en caso de identificar a grupos de terroristas1. Por otro lado, los robots y perros ayudan a obtener una idea clara de la distribución de los túneles y a encontrar rehenes1.
A pesar de la superioridad tecnológica de Israel, la situación en la Franja de Gaza sigue siendo complicada, con un alto número de bajas y la mayoría de las infraestructuras destruidas1. Casi dos millones de gazatíes han tenido que abandonar sus hogares sin un destino claro1.
Preguntas frecuentes
¿Qué es Hamás?
Hamás es un grupo militante islámico palestino que opera principalmente en la Franja de Gaza. Fue fundado en 1987 y busca establecer un estado islámico en toda Palestina.
¿Qué son los túneles en la Franja de Gaza?
Los túneles en la Franja de Gaza son una red subterránea utilizada por Hamás y otros grupos militantes para llevar a cabo ataques, transportar armas y moverse de manera encubierta.
¿Cómo utilizan los drones y robots en la lucha contra Hamás?
Los drones y robots son utilizados por las Fuerzas de Defensa de Israel para obtener información precisa sobre la distribución de los túneles, identificar cruces y situaciones de potencial peligro, y localizar rehenes. Además, los drones pueden llevar explosivos y detonarlos en caso de identificar a grupos de terroristas.
¿Cuál es la situación actual en la Franja de Gaza?
La situación en la Franja de Gaza es complicada, con un alto número de bajas y la mayoría de las infraestructuras destruidas. Casi dos millones de gazatíes han tenido que abandonar sus hogares sin un destino claro.