Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, ha sido liberado tras un acuerdo judicial con las autoridades estadounidenses. Después de pasar cinco años en una prisión de alta seguridad en el Reino Unido y siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, Assange ha sido liberado y se dirige a su hogar en Australia.
Assange, de 52 años, se declaró culpable de un único cargo de conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional de Estados Unidos. Este acuerdo le permitió evitar una larga condena en una prisión estadounidense, ya que el juez consideró que el tiempo que pasó detenido en el Reino Unido era suficiente.
El juicio tuvo lugar en Saipán, un territorio estadounidense en el Pacífico, elegido por su proximidad a Australia y para evitar que Assange tuviera que viajar al territorio continental de Estados Unidos. Durante la audiencia, Assange expresó que, aunque creía que la Ley de Espionaje contradecía los derechos de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, aceptaba que alentar a las fuentes a proporcionar información clasificada podría ser ilegal.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó la liberación de Assange como un «desarrollo bienvenido» y destacó que su gobierno había utilizado todos los canales apropiados para apoyar un resultado positivo en el caso. La esposa de Assange, Stella, expresó su alivio y gratitud por la liberación de su esposo, destacando el apoyo inquebrantable de sus seguidores a lo largo de los años.
Este desenlace marca el final de una batalla legal de 14 años que comenzó con la publicación de documentos clasificados por WikiLeaks, revelando información sobre las guerras en Afganistán e Irak. La liberación de Assange es vista por muchos como una victoria para la libertad de prensa y un paso importante en la protección de los derechos de los periodistas a nivel mundial.