El programa nuclear de Irán ha sido un tema de gran controversia y debate en la arena internacional. Desde sus inicios en la década de 1950, el desarrollo nuclear iraní ha estado marcado por la cooperación y el conflicto con diversas potencias mundiales.
Inicialmente, el programa nuclear iraní recibió apoyo significativo de Estados Unidos bajo el programa «Átomos para la Paz». Este apoyo incluyó la construcción del reactor de investigación de Teherán y el suministro de uranio enriquecido. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979 y la posterior crisis de los rehenes llevaron a un cese abrupto de esta cooperación.
En las décadas siguientes, Irán buscó diversificar sus fuentes de tecnología nuclear. Rusia se convirtió en un socio clave, ayudando a completar la planta nuclear de Bushehr. Además, se ha documentado que Pakistán, a través de la red clandestina de Abdul Qadeer Khan, proporcionó a Irán diseños y componentes cruciales para el enriquecimiento de uranio.
La comunidad internacional ha respondido con una mezcla de sanciones y negociaciones. El acuerdo nuclear de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), fue un intento significativo de limitar las capacidades nucleares de Irán a cambio de alivio de sanciones. No obstante, la retirada de Estados Unidos del acuerdo en 2018 y la reanudación de las actividades nucleares por parte de Irán han reavivado las tensiones.
El programa nuclear de Irán sigue siendo un punto focal en las relaciones internacionales, con implicaciones profundas para la seguridad regional y global. La historia de su desarrollo refleja una compleja red de influencias y conflictos que continúan moldeando el panorama geopolítico actual.